La fuerza, la flexibilidad y la calidad de la técnica

Muchos entrenadores nos enfocamos tanto en las debilidades técnicas de un deportista que perdemos la paciencia que requiere la persecución del objetivo y saltamos pasos con la ilógica idea de conseguir mejoras inmediatas. Por ejemplo un pelotero no tiene fuerza para batear y enseguida el entrenador le entrega un bate pesado con la idea de fortalecer sus brazos y antebrazos, al iniciar el muchacho lo que hace es deformar la técnica aprendida de bateo que duro meses en aprender, contrae músculos que no debe y finalmente golpea con torpeza la pelota. Ante esto la respuesta de su entrenador es un insulto que tiene diferentes colores y niveles y aumento de la frustración que transfiere al pequeño. La solución es elaborar un plan con ejercicios de fortalecimiento aislados de la técnica deportiva, peso corporal, ligas, fts, etc. Este trabajo requiere de enseñanza de nuevos movimientos y logramos varias cosas, que mejore la fuerza, que aprenda nuevos movimientos, ejercicios y planificar. Entonces enseñamos al pequeño a hacer deporte y como se planifica, como no todos llegan a ser un grandes ligas, si entiende cual es su plan estaremos formando un gran entrenador con hábitos de planificación que es un mal de millones de entrenadores, no les gusta escribir, “todo está en la cabeza, en el coco” responden con una sonrisa de sobrado que provoca insultarlos.

Finalmente no podemos confundir debilidades en el aprendizaje de la técnica que tienen que ver con un proceso neuromotor con las debilidades físicas, valga decir, fuerza y flexibilidad por nombrar dos, ya que las dos últimas obedecen a procesos fisiológicos diferentes. Por su parte la flexibilidad puede limitar la acción de los músculos agonistas al no poder distender el músculo antagonista por falta de elasticidad, por ejemplo, una flexión de la articulación de las caderas se ve limitada por la fuerza del músculo flexor pero también por la capacidad de estirarse que tienen los músculos extensores.