Diferencia Arteriovenosa
Representa la capacidad de los tejidos para extraer el oxígeno de la sangre. Cuanto mayor sea la diferencia de oxígeno entre arterias y venas, mayor la cantidad de oxígeno que queda en los tejidos. Por consiguiente, para mejorar el consumo de oxígeno (con lo que llegará más oxígeno a los tejidos y se facilitará la obtención de energía) deberían mejorarse:
1. La frecuencia cardíaca.
2. El tamaño del corazón.
3. La capacidad de los tejidos para obtener oxígeno de la sangre.
1. La mejora de la frecuencia cardíaca está limitada por varios factores, de los cuales la edad es uno de los más importantes. A mayor edad, menor frecuencia cardíaca máxima (en base a la discutida fórmula FCmáx=220-edad: para una persona de 30 años sería 190 latidos por minuto (lpm); y para una persona de 50 años, 170 lpm. Además, la frecuencia cardíaca no puede aumentar indefinidamente, ya que a frecuencias cardíacas muy rápidas el corazón “no tiene tiempo” de llenarse y vaciarse por completo. Por lo tanto, la frecuencia cardíaca no puede aumentar demasiado para mejorar el consumo de oxígeno.
2. En lo que respecta al tamaño del corazón, cuanto más grande es, más sangre impulsa en cada latido (volumen sistólico), con lo que llega más sangre rica en oxígeno a los tejidos. Si una persona sedentaria puede impulsar en cada latido del corazón 60 mililitros de sangre, una persona entrenada puede llegar a más de 100 mililitros, es decir, casi el doble. Como la capacidad de transporte de oxígeno de la sangre es de aproximadamente 21 ml. de oxígeno cada 100 mililitros de sangre, el sujeto sedentario podrá poner en circulación 882 ml. de oxígeno con 70 latidos, mientras que el sujeto entrenado dispondrá también de 882 ml... con sólo 42 latidos. Es decir, que el sujeto entrenado ha ganado en “eficacia cardíaca” al ser más grande y tener mayor capacidad, necesita menos latidos para enviar la misma cantidad de oxígeno a los tejidos.
3. Por último, la mejora en la capacidad de los tejidos para extraer el oxígeno de la sangre es un factor menos estudiado en el campo de la fisiología del ejercicio que la adaptación del corazón, por lo que quedan numerosas incógnitas sin resolver. Al parecer, la mejora producida por el entrenamiento es lenta y muy condicionada por factores genéticos, por lo que es difícil conseguir una gran mejora del consumo de oxígeno en base a una mejora en la extracción de oxígeno en los tejidos.
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